La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y el Instituto Médico Dermatológico (IMD) de Madrid tienen a disposición de los pacientes oncológicos un manual sobre el cuidado capilar durante y después del tratamiento. La caída del pelo es una de las consecuencias más frecuentes, aunque no en todos los casos, de los tratamientos contra el cáncer con un gran impacto psicológico para los pacientes. De hecho, preguntas como ¿cuándo se me caerá el pelo?, ¿cuánto tardará en crecer?, ¿es mejor cortármelo o esperar a que se me caiga solo?, ¿voy a perder las cejas y las pestañas? son habituales en la consulta.

“La quimioterapia debilita el vello de todo el cuerpo, mientras que la radioterapia, al igual que ocurre con la piel, afecta sólo a la zona radiada. En el caso de la quimioterapia, la caída del cabello es un proceso reversible; mientras que en la radioterapia, dependerá de la dosis administrada, aunque en la mayor parte de los casos en la zona radiada el vello no vuelve a salir”, explican en esta guía.

Durante el tratamiento con quimioterapia, la Sociedad Americana del Cáncer recomienda elegir tejidos naturales en el caso de utilizar pelucas o pañuelos con el objetivo de prevenir posibles reacciones alérgicas. ¿Y si la caída del cabello es parcial? En estos casos la AECC sugiere las siguientes pautas de autocuidado para mantener limpio e hidratado el cuero cabelludo:

  • Evitar cualquier tipo de tintes, decoloraciones, mechas o permanentes para prevenir la irritación de la zona.
  • Utiliza un champú suave que no irrite la piel del cuero cabelludo.
  • Aplicar en las puntas una mascarilla hidratante específica para el cuidado capilar.
  • Lavar y secar el pelo de forma suave, sin frotar y con un ligero masaje.
  • Proteger la zona de agentes externos llevando pañuelos, gorros y sombreros que no opriman.
  • Seguir una dieta equilibrada rica en frutas y verduras.

Cuidados del pelo después de la quimioterapia

Una vez superado el cáncer, la Asociación Americana del Cáncer considera que las necesidades del cabello son similares a las descritas por la AECC cuando el pelo no se cae durante el tratamiento. Por tanto, este organismo aconseja que, en el momento en el que empiece a crecer de nuevo, es necesario cepillarlo con cuidado empleando cepillos de cerdas anchas, prescindir de procesos agresivos como los tintes, las permanentes, las planchas alisadoras y los secadores. Y, ante cualquier duda, consultar siempre con un médico.

La alimentación, un aliado para fortalecer el pelo

A parte de las medidas cosméticas descritas, la guía editada por la AECC y el IMD señala que una correcta alimentación contribuye a que el cabello crezca fuerte y sano: “Los folículos pilosos, las cavidades donde crece el cabello, se tienen que regar con oxígeno y sangre, y alimentar con proteínas, vitaminas y minerales”. Tanto para la recuperación de la salud capilar como del bienestar integral del paciente tras la quimioterapia, el mencionado manual aconseja el consumo de:

  • Pescado como la merluza y el lenguado ya que son una fuente natural de proteínas.
  • Legumbres y verduras ricas en proteínas como la soja, los garbanzos, las judías, los berros o las lentejas. Éstas últimas son muy importantes porque también incluyen hierro en su composición.
  • Col verde, el nabo, coles de Bruselas o brócoli por su contenido en vitamina A.
  • Tomates, verduras verdes y huevos, todos ellos, alimentos ricos en vitamina B.
  • Cítricos como las naranjas y los limones para aportar vitamina C al organismo.
  • Alimentos antioxidantes como los frutos rojos o las algas marinas.

Por otra parte, aquellos pacientes tratados con radioterapia o con alopecia permanente tras la quimioterapia existe la posibilidad de recurrir a tratamientos médicos como los injertos capilares.